Incluso hace dos mil años, la gente ya garabateaba consejos sobre relaciones y sobre que los "niños vienen de París".
Pensarías que en la era de Internet habríamos superado textos antiguos como "Ars Amatoria" o "El Arte de Amar" de Ovidio, pero te sorprenderías. Pronto descubriremos que algunas verdades sobre el amor, el romance y todas esas cosas buenas son intemporales, por irónico que parezca.
Nuestra antigua guía de todo lo relacionado con el amor, el "Ars Amatoria", fue obra nada menos que del poeta romano Ovidio. Elaborado en el siempre romántico periodo del año 2 d.C., Ovidio decidió que el mundo necesitaba un manual de instrucciones sobre el amor, el sexo y cómo no hacer el ridículo mientras se persiguen ambos.
El título del libro, "Ars Amatoria", que se traduce directamente como "El arte de amar", nos da una idea del contenido del tratado. Ovidio trataba el amor y la seducción como una forma de arte, algo que se puede enseñar, aprender y dominar. Un concepto divertido, ¿verdad? Sobre todo cuando la mayoría de nosotros ni siquiera sabemos cuál es el momento adecuado para enviar un mensaje de texto.
En cuanto al contexto cultural, imagina la Antigua Roma en el apogeo de su poder. Una época de poetas, filósofos, grandiosa arquitectura y, al parecer, amantes que necesitaban desesperadamente consejos sobre relaciones. Una época en la que las normas y expectativas sociales desempeñaban un papel importante en la forma de perseguir y representar el amor y el sexo. Este trasfondo histórico prepara el terreno para un tratado como el "Ars Amatoria", que pretendía ofrecer una guía para navegar por las difíciles aguas del romance en la Antigua Roma.
A pesar de las restricciones y formalidades de la época, el espíritu del amor y los retos que conlleva parecen haber permanecido inalterados. Así pues, abróchate el cinturón mientras viajamos en el tiempo para explorar los consejos humorísticos, aunque a veces intemporales, del "Ars Amatoria" de Ovidio. Verás que, en lo que respecta al amor, todos hemos remado en el mismo barco, sólo que en siglos diferentes.
El "Ars Amatoria" de Ovidio no es el típico libro de autoayuda. Está dividido en tres libros y abarca una amplia gama de temas. Los dos primeros libros están dirigidos a los hombres y ofrecen consejos sobre cómo conquistar a las mujeres y mantener su interés. El tercer libro, sin embargo, presta atención a las mujeres, ofreciéndoles consejos sobre cómo conquistar y mantener a un hombre.
En los consejos concretos es donde la cosa se pone divertida. Ovidio da consejos sobre todo, desde dónde encontrar una pareja adecuada (el teatro, las carreras de caballos o incluso durante un sacrificio público, al parecer), hasta el arte del flirteo, pasando por lo que se debe y no se debe hacer en el dormitorio. Sí, has oído bien. El "Ars Amatoria" era tu guía todo en uno sobre el amor y el sexo, mucho antes de los días de las modernas aplicaciones de citas y las columnas de consejos.
Como era de esperar, hay muchos consejos humorísticos y anticuados. Por ejemplo, Ovidio sugiere que un hombre puede conquistar a una mujer llorando ante una historia triste o dejando que le vea cazar o hacer ejercicio. Ah, y qué decir de piropear a una mujer por sus joyas para encender su atracción. ¿Qué te parece?
A pesar de algunos de sus consejos humorísticos e ingenuos, "Ars Amatoria" contiene retazos de sabiduría intemporal. Por ejemplo, Ovidio subraya la importancia de la empatía, diciendo: "El amor también es cosa del corazón, así que debes complacer, si quieres que te complazcan". Ahora parecen consejos básicos, pero en una época en que los matrimonios eran a menudo transacciones políticas o económicas, era una perspectiva digna de mención.
Parte del enfoque ingenuo del libro puede atribuirse a las normas sociales de la época. Por ejemplo, el consejo de llorar ante una historia triste para conquistar a una mujer podría parecer tópico o manipulador según los criterios actuales. Sin embargo, en la estructura social más rígida de la Antigua Roma, mostrar emociones se consideraba a menudo un signo de sinceridad y profundidad de sentimientos.
Al fin y al cabo, "Ars Amatoria" fue un producto de su tiempo. Es divertido darse cuenta de que, a pesar de su origen antiguo, trataba temas y cuestiones que siguen siendo relevantes hoy en día. Algunos consejos pueden parecer anticuados, incluso risibles, pero sirven para recordarnos que, en lo que respecta al amor, no somos tan distintos de nuestros antepasados togados.
¿No es sorprendente, incluso un poco divertido, que después de dos milenios, el arte de amar y el laberinto de las relaciones no hayan cambiado mucho? Podrías abrir una página del "Ars Amatoria" de Ovidio y, a pesar del lenguaje arcaico y las referencias a la vida romana, probablemente asentirías con la cabeza, soltarías una risita y dirías: "Me suena".
Puede que la escena de las citas haya pasado de los juegos de gladiadores a las citas por Internet (por no hablar de las "citas covídicas"), pero la esencia sigue siendo la misma. Todos seguimos intentando averiguar cómo atraer a una pareja potencial, cómo mantener una relación interesante y cómo navegar por las agitadas aguas de las peleas románticas. Puede que Ovidio no tenga consejos sobre cómo elaborar el perfil de citas online perfecto, pero sus reflexiones sobre el amor, la lujuria y todo lo demás siguen siendo sorprendentemente relevantes.
Aquí es donde entra la ironía: a pesar de nuestros avances, nuestro mundo digital y nuestros complejos cambios sociales, seguimos luchando con los mismos enigmas amorosos a los que se enfrentaron los romanos. Nuestras estrategias han cambiado, claro. Ya no frecuentamos el teatro ni los sacrificios públicos para encontrar una pareja potencial. En lugar de eso, confiamos en las aplicaciones de citas, los eventos sociales o el viejo sistema del amigo de un amigo. ¿Pero las cuestiones de fondo? Permanecen sorprendentemente estáticos.
En el fondo, "Ars Amatoria" trata de comprender y navegar por las emociones humanas: el vértigo de la atracción, las complejidades de una relación, la danza de la seducción, la angustia del amor perdido. Son experiencias que el tiempo no ha erosionado. En cambio, ha puesto de relieve que, cuando se trata de asuntos del corazón, todos estamos en el mismo juego, estemos en el año 2 d.C. o en el siglo XXI. ¿No es divertido reflexionar sobre ello?
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